lunes, 15 de abril de 2013

Celebración de ‘Los Dolores y Gozos de San José’
domingo, 15 de febrero de 2004





Peregrinos y visitantes rezan al Santo Patriarca mientras recorren el trayecto de 'Los Dolores y Gozos de San José'.


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La Iglesia, siguiendo una antigua costumbre, prepara la fiesta de San José, el día 19 de marzo, dedicando al Santo Patriarca los siete domingos anteriores a esa fiesta en recuerdo de los principales gozos y dolores de la vida de San José. En concreto, fue el Papa Gregorio XVI quien fomentó la devoción de los siete domingos de San José, concediéndole muchas indulgencias; pero S.S. Pío IX les dio actualidad perenne con su deseo de que se acudiera a San José, para aliviar la entonces aflictiva situación de la Iglesia universal. En Torreciudad, los siete domingos previos a la festividad de San José, peregrinos y visitantes rezan al Santo Patriarca mientras recorren el trayecto, -el viejo camino que hacían los antiguos romeros hacia la Ermita- en el que se alinean espaciadamente catorce escenas, agrupadas de dos en dos, de ‘Los Dolores y Gozos de San José’, representados en sencillos azulejos. La artista que dibujó dichos azulejos, Palmira Laguéns, recuerda que para su realización se basó en palabras que había oído y leído directamente en la predicación de San Josemaría Escrivá, con la convicción de que iban a ser fuentes de inspiración para traducir en imágenes los textos de la Sagrada Escritura.No estoy de acuerdo –son palabras del Fundador del Opus Dei- con la forma clásica de representar a San José como un hombre anciano (...). Yo me lo imagino joven, fuerte, quizá con algunos años más que Nuestra Señora, pero en la plenitud de la edad y de la energía humana. Sabemos que no era una persona rica: era un trabajador, como millones de otros hombres en todo el mundo; ejercía el oficio fatigoso y humilde que Dios había escogido para sí, al tomar nuestra carne y al querer vivir treinta años como uno más entre nosotros. La Sagrada Escritura dice que José era artesano. Varios Padres añaden que fue carpintero. De las narraciones evangélicas se desprende la gran personalidad humana de José: en ningún momento se nos aparece como un hombre apocado o asustado ante la vida; al contrario, sabe enfrentarse con los problemas, salir adelante en las situaciones difíciles, asumir con responsabilidad e iniciativa las tareas que se le encomiendan (Es Cristo que pasa, n. 40).


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